Pasión:
Préstamo ( s. xiii ) del latín passio, passionis, derivado de pati "sufrir, aguantar". De la familia etimológica de padecer ( V ) nombre femenino.
1. Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira. No hay pérfidas pasiones ( suponiendo que alguna pasión pueda ser pérfida ); las pasiones más incontroladas, los escándalos más sonados y la improvisación más absoluta rubrican la historia de la Copa.
2. Sentimiento de amor vehemente, especialmente manifestado en el deseo sexual: la queria con reprimido deseo de loco santurrón en una de esas aberrantes pasiones que a veces surgen entre seres desdichados como ellos.
3. Entusiasmo o vehemencia grandes en algo que se hace o se defiende: las fans abrazan a su idolo con pasión; la pasión le lleva a argumentar en falso; trazo mi interpretación de los hechos tratando de aunar pasión y conocimiento, conciencia y espontaneidad.
4. Afición o inclinacion viva por alguien o por algo: siente autentica pasión por los autos de carreras; el cine es su pasión; su conversación es un sarpullido obsesivo de citas y versos, que demuestran "su pasión artesanal por el lenguaje".
5. Padecimiento, especialmente el de Jesús en la cruz.
6. Representación o narración, inspirada en los Evangelios, que describe el padecimiento de Jesús: La pasión segun san Mateo.
Obsesión:
Nombre femenino
1. Estado de la persona que tiene en la mente una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella: la obsesión de Borges por los números y el alfabeto también es compartida por Ende.
2. Idea, palabra o imagen que se impone en la mente de una persona de forma repetitiva y con independencia de la voluntad, de forma que no se puede reprimir o evitar con facilidad: triunfar en la vida es mi pequeña obsesión.
La mayoría de la gente suele confundir estas dos palabras con suma facilidad, y no es lo mismo esta apasionado por algo, que estar obsesionado, aunque muchas veces la pasión de lugar a la obsesión.
Podemos sentir pasión por tantas cosas, que muchas veces nos dejamos llevar por ese sentimiento y dejamos atrás la idea primordial, podríamos decir que cuando nos apasionamos, nos quedamos relativamente ciegos, y cuando esa ceguera se vuelve total, llegamos a obsesionarnos. Cuantas veces no hemos querido algo con tanta pasión que al final se ha convertido en algo que no nos deja dormir, que esta todo el día en nuestra cabeza, que nos obsesiona... Por eso tenemos que dominar nuestras pasiones, nuestros sentimientos, para que no se convierta en algo enfermizo.
Para mi, una de mis grandes pasiones, desde que no levantaba mas de dos palmos del suelo, han sido las motos, si, esas cosas de dos ruedas que hacen un ruido demencial y que la gente denomina como peligrosas, pues si, esas bellezas de la estética conceptual, ese delirante sonido celestial, y la sensación de que tu eres el que llevas las riendas del éxito o el fracaso al tomar una curva, son mi pasión. Como podéis ver, quizás mi forma de verlas o de sentirlas, no sea muy parecida a la vuestra, pero es lo que diferencia el que os gusten o no, el que formen parte de vuestra vida o simplemente que sean una filosofía de vida.
Y podríamos empezar a tener una larga discusión, sobre si en realidad la pasión por esas maquinas de dos ruedas, es o no es una filosofía de vida, o solamente es un grito de rebelión e inconformidad ante la sociedad, o como me han dicho algunas personas: conducir esas maquinas es tener ganas de matarse antes de tiempo. A todos os doy la razón, pero tan ciertas son unas cosas, como lo son las otras para mi, no puedo decir que no sepa el peligro que conllevan, pues lo se mucho mejor de lo que os imaginais, pero eso es una de las cosas que me atraen de esas preciosidades, que no todos pueden hacerlas rugir al salir de una curva, hacen falta muchas cosas para poder subirte y dominarla, y nunca llegaras a dominarla del todo, ¿pero alguna vez llegas a dominar algo de verdad?.
Hace poco tiempo, me pare a pensar en todos los pros y contras de sentarme encima de una de estas preciosidades e intentar sacarle partido a todos los Cv de su motor, la verdad, es que la lista de contras era mucho más extensa que la de pros, pero aun así, los pros tenían mucho más peso, simplemente por una razón; mi vida estaría hueca y falta de algo que mi alma anhela con un suspiro cada vez que escucha el ronco rugir de su motor. Pensareis que esto puede ser una idiotez tremenda, pero pensar que no todos sentimos igual, que no para todos la vida se ve de la misma manera, y para mi, la vida se ve mucho mejor encima de esas dos ruedas.
Siempre llego a la misma conclusión, quiero una de esas preciosidades entre mis piernas, para que una pasión que me da muchas alegrías, no se convierta en una obsesión que me llene de penas.
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