
¡OH CaPiTáN, Mi CaPiTáN...!
¡Oh Capitán, mi Capitán!
Terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos,
Hemos ganado el codiciado premio,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, ya el
pueblo acude gozoso,
Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz,
Mas ¡oh corazón, corazón, corazón!
¡Oh rojas gotas sangrantes!
Mirad, mi Capitán en la cubierta
Yace muerto y frío.
¡Oh Capitán, mi Capitán!
Levántate y escucha las campanas,
Levántate, para tí flamea la bandera,
para tí suena el clarín,
Para tí los ramilletes y guirnaldas engalanadas,
para tí la multitud se agolpa en la playa,
A tí llama la gente del pueblo,
a tí vuelven sus rostros anhelantes,
¡Oh Capitán, padre querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es sólo un sueño: en la cubierta
Yaces muerto y frío.
Mi Capitán no responde,
sus labios están palidos e inmóviles,
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso, ni voluntad,
El navío ha anclado sano y salvo;
Nuestro viaje, acabado y concluido,
Del horrible viaje el navío victorioso llega con su trofeo,
¡Exultad, oh playas, y sonad, oh campanas!
Mas yo con pasos fúnebres,
Recorreré la cubierta donde mi Capitán
Yace muerto y frío.
¡OH Yo, ViDa...!
¡Oh yo, vida! todas estas cuestiones me asaltan,
Del desfile interminable de los desleales,
de ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?.
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
yo entrelazado con los demás,
La pregunta ¡Oh, mi yo! la triste pregunta triste que
vuelve: ¿qué hay de bueno en todo esto?
Respuesta:
Que estás aquí, que existe la vida y la identidad,
Que prosige el poderoso drama y que, quizás,
tú contribuyes a él con tu rima.
Tributo a uno de los grandes poetas americanos, un hombre que supo plasmas los sentimientos como muy pocos lo han hecho, y que también formo parte, aunque indirecta de una de las grandes películas de la historia, El club de los poetas muertos, ya que muchos de sus poemas salen a relucir y la forma en la que llaman al profesor "Oh Capitán, Mi Capitán" como podéis comprobar es obra suya.