Hacia mucho tiempo que no pisaba la playa, y mas aun por la noche, y al hacerlo la pasada noche me trajo muchos recuerdos tanto buenos como malos, además en la playa donde he pasado todos los veranos de mi juventud, viendo el mismo mar y el mismo cielo que tantas veces había visto y con el que tantas veces había soñado.
En esa playa he pasado momentos inolvidables de una juventud perdida en el recuerdo, cuando nos juntábamos todos para hacer una moraga, beber y perder el control... tres meses cada verano hasta los 22 años dan para mucho, y es una amplia gama de edad para hacer de todo, pero todo aquello ya paso, la gente no volvió a quedar en la playa, unos se fueron y otros jamas volverán, dejamos de ser niños y adolescentes y pasamos a ser adultos obligados, con responsabilidades aderidas de nuestras familias o de nuestros trabajos, y las caras de felicidad pasaron a ser de preocupación.
El estar allí sentado me traía mil imagenes del pasado, pero a la vez quería vivir el presente, no estaba allí para que la añoranza se apoderara de mi, si no para disfrutar de un cálido momento al lado de unas maravillosas personas, pero aun así no pude evitar recordar, y que mi mente vagara de un momento a otro de mi vida sin control, y creo que mas de una vez se noto mi ausencia mental, es raro en mi tener un largo silencio, y mas raro en mi es tumbarme y aislarme un rato de los demás, cerrar los ojos y tan solo recordar mientras la brisa golpeaba mi cara y podía paladear el sabor de la sal traído del mar.
Y como siempre que recuerdas algo que abarca demasiado tiempo, las sensaciones son contradictorias, tanto buenas como malas, imaginaros los recuerdos que os pueden traer todos los veranos de vuestras vidas, para mi suponen de lo mejor a lo peor, hasta tal punto que un par de lágrimas se escaparon de mis ojos y recorrieron raudas mis mejillas para no ser vistas por nadie, y no sabría decir si eran de pena, de rabia o de alegría, aunque mas bien serian una forma de demostrar que aun no he olvidado y no olvidare a todos aquellos que en mi vida me han marcado.
De las muchas cosas que vinieron a mi mente, tuve un recuerdo en especial, de un grupo de jóvenes adolescentes sentados en la arena formando un circulo, con las manos entrelazadas, mirándose a las caras y prometiendo no olvidar, recordar siempre ese lugar y ese momento, a una persona entrañable y unas palabras que por aquellos entonces parecían tener la fuerza de un coloso, pero que al final se quedaron como un castillo de arena, que con el paso de un leve periodo de tiempo, se desmorona y nunca deja huella de su existencia... ¡Amigos para siempre!
Y de los momentos felices el que mas me vino a la mente fue el de una de las moragas, creo que fue a la que mas gente asistió, en la que mas reímos, y en la que mejor nos lo pasamos, corría el año 98 si mal no recuerdo, para mi fue el primer verano que volvía a sonreír después de dos años, el primer verano en que volvía a tener un poco de sentido todo lo que transcurría a mi alrededor, y aquella noche fue diferente a todas las demás que había vivido, el primer año que todos nos pudimos reunir a la vez, el primer año que cambiabamos de sitio, ya no fuimos a la cala de los pescadores, hicimos un esfuerzo y transportamos todas las cosas mas allá del río, a unos 2km del paseo, encendimos varias barbacoas, compramos alcohol como para tumbar a una manada de elefantes y comida para alimentarnos una semana, y todo para una tarde noche. Al final vimos amanecer, todos sentados en fila, con el agua mojando nuestros pies, con el único ruido de nuestras respiraciones y el romper de las olas, nadie dijo nada, uno por uno nos fuimos sentado en silencio y disfrutamos de ese momento...
Pero ya tengo un recuerdo mas de esa playa, de ese mar, de ese cielo lleno de estrellas que tantas veces me he tumbado en soledad a contemplar, un recuerdo compartido con personas que no puedo negar que las quiero, que son importantes para mi, no estuvieron todas esas personas que quiero y son importantes, pero si estaban algunas, una de hace mucho tiempo y otra de hace muy poco, pero que aun así, se esta haciendo querer mucho... Una vez mas la brisa me lleva el sabor del mar a los labios, una vez mas la noche lo cubre todo a mi alrededor y una vez mas tengo un bonito recuerdo para contar o recordar la próxima vez que mis pies recorran esa playa.
Y como siempre una canción para cada momento, y para el de anoche, una canción de hace mucho tiempo, la que se escuchaba en aquella moraga para el recuerdo...
