sábado, 27 de septiembre de 2008

Incansable busqueda





Te busque en la lejanía,
encontrado siempre el vacío,
queriendo un todo
utópico como la felicidad,
imaginando que seria,
eterno como el pensamiento
repetitivo que tengo,
olvidando mi necesidad.

Tanto tiempo olvidando,
aumentando mi inseguridad,
temores sin fundamento
inculcados desde la niñez,
aumentados por esta sociedad,
no quiero obviar
antiguos pensamientos,
moradores ancestrales
inmortales en mi ser.

Prefiero sacar dignidad,
encontrar mi sabiduría
quemada en sueños,
utilizar su saber
en ser lo que fuí.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Desde mi ventana



Y vuelvo a soñar, que una vez más puedo traspasar el cristal y salir a la noche, disfrutar de ese cielo estrellado que tantos recuerdos me trae y como no, de mi olvidada luna, la que siempre ha escuchado mis lloros y penas, que ha estado presente en mis mayores alegrías, la cual ha iluminado mi divagar en las noches de verano. Vuelvo a volar bajo el oscuro cielo una vez más.

Pero siempre vuelvo a mirar por la misma ventana, aunque mi cuerpo se quede detrás del cristal, mi alma puede ser libre y atravesarlo, pero hacia tantísimo tiempo que no lo hacia, que yo mismo no quería, me remonto en mi memoria a aquellos años, la ventana no era la misma, el cristal estaba curtido por el paso de los años y algunas cicatrices le quedaban de lidiar con el niño que yo era antaño, pero aun así podía ver a través de ella, sentado en mi mesa, lo único que podía ver era mi ventana, quizás nunca viera de verdad a donde daba, aunque se que las vistas eran preciosas, pero siempre que la miraba, dejaba de ver con los ojos y comenzaba a vislumbrar con mi alma, con mis sueños, con mis anhelos... Soñaba con aquella niña que me enseño a viajar sin moverme, a usar mi imaginación de mil maneras diferentes, con aquellos ojos tan profundos como el mar, aquella niña... me enseño a amar, a soñar, a querer, a compartir, a vivir, a llorar... y desde aquella ventana, cada noche le mandaba en silencio, un cálido y sencillo te quiero salido de lo más profundo de mi alma, era lo que siempre le decía y lo que no le dije la ultima vez, por eso cada vez que el sol se escondía, corría hacia la ventana a darle un ínfimo y póstumo homenaje, con las manos pegadas al cristal, viendo sin ver las lágrimas que caían por mi rostro, y gritando sin voz un te quiero con toda mi alma, para que ella lo escuchara. Pero no se si alguna vez lo escucho, si servía de algo, como otras tantas cosas que hacia, como otras cosas que recordaba, pero aun así seguía haciéndolo, hasta que cambie de ventana.

Una nueva ventana, un paisaje de fondo desconocido, un nuevo cielo que descubrir cada noche, pero ya no era lo mismo, no afluían a mi los mismos recuerdos, cambie la mesa de sitio mil veces, pero ninguna de ellas sirvió para nada, así que al final después de mucho pensar, la puse de espaldas a la ventana y deje de poner mis manos en el frío cristal cada noche, deje de mirar a través de mi ventana a mi yo interior, y de eso han pasado ya unos cuantos años, quizás demasiados, pero la vida esta llena de sorpresas, de cosas que hacen que todo de un giro extraño y anoche cambie la almohada, y concilie mi preciado sueño mirando a la ventana, sin cortinas y sin persianas, solo mirando a la noche estrellada, dejandome llevar por los recuerdos de hoy y de ayer, hasta que mis párpados se cerraron y pude dormir como hacia muchos años que no recordaba, tranquilo y sin pesares, como aquel niño que delante de un papel y con su antiguo cárcamo, escribía cosas parecidas a las que escribe este hombre en una pantalla, son el mismo pero con más arrugas y preocupaciones, son el mismo desde que vuelvo a mirar por la ventana. Aunque algo le falta a este hombre que si tenia aquel niño, aunque con el tiempo espero que lo tendrá, la ilusión de ver una vez más esa sonrisa que tanto lo apacigua, aunque sabe el hombre que escribe estas lineas, que no sera de la misma persona, pero recuerda como si fuera ayer, lo que sentía cada vez que veía como sus labios se alargaban y dibujaban en su rostro las trazas de lo más bonito que tenia, pero se que he encontrado o encontrare bajo un cielo estrellado esa sonrisa una vez más...

Y a través de mi ventana, imagino como sera quien la porte...

martes, 9 de septiembre de 2008

Las puertas del Infierno



He caminado toda mi vida sin rumbo fijo, sin saber el motivo de mi peregrinar, jamas he encontrado un lugar donde me haya sentido como en casa, quizás sea porque nunca he tenido casa o simplemente es que no conozco esa sensación de la que todo el mundo habla, pero no me ha importado, sigo adelante paso a paso, aunque cada vez su sonido es más lento y pausado, no tengo prisa por llegar a ninguna parte, disfruto de cada momento, de las vistas del camino y si puedo de la compañía de esos transeúntes ensimismados en sus propias vidas, a veces es interesante ver como tropiezan una y otra vez en la misma piedra, mientras que me quedo sentado completamente absorto pensando como son capaces de no verla, si es enorme. Pero no importa lo más mínimo, son simplemente vidas que pasan a mi alrededor y son incapaces de verme, no es que sea transparente, ni mucho menos me escondo de ellos, solamente que esas vidas, personas, caminantes, o como queráis llamarlos, son incapaces de ver más allá de su nariz, no ven más allá de su pequeño mundo, no quieren darse cuenta de que están rodeados de una inmensidad abrumadora de sensaciones y cosas nuevas por conocer, peor para ellos. Pero como siempre, es divertido verlos caminar, aunque muchos den más pena que risas.

Otro paso más, otro camino terminado, más lugares visitados y siempre igual, aunque espero que lo que veo a la lejanía tenga algo de especial, ya que es inusual encontrarse una puerta en mitad de un camino, y más aun cuando el camino esta tan transitado, ardo en deseos de conocer el motivo de su existencia, adivinar que es lo que guarda detrás, siempre he sido demasiado curioso para ser un vagabundo, pero eso siempre ha hecho que todo sea mas divertido y complicado a la vez, de cuantas situaciones espeluznantes he salido y en muchas más me he metido por esta curiosidad, no puedo esperar más, voy a empezar a correr.

Miro la puerta en todo su esplendor, no es como me la he imaginado, no es tan grande como esperaba, ni tan recia, es mas bien una especie de portón, lleno de cicatrices del paso paso del tiempo, cuidado más bien poco y con un extraño cartel en todo lo alto, que dice.... no soy capaz de descifrar lo que dice, entre que esta escrito en una lengua que no entiendo y que ya mi vista no es lo que era, soy incapaz de leerlo, pero que más da, solo tengo que preguntar, alguien lo debe de saber.

Me acerco a un hombre que esta parado contemplando la marea de gente que pasa y le pregunto que pone en ese dichoso cartel, me mira fijamente, pero no me esta viendo, sus ojos están vacíos, no tienen expresión, han perdido toda vida, pero aun así me mira y me dice... Estas son las puertas del Infierno... y tal y como termina deja de mirarme, como si yo no existiera, como si no tuviera mil preguntas más que hacerle después de esas palabras, pero por mucho que digo y hago, sigue imperturbable mirando como pasa la gente.

Las puertas del Infierno, debería de estar notando una mala sensación, algo que me dijera que no estoy en el lugar adecuado, ese instinto animal que todos deberíamos de tener que me pusiera a correr hasta olvidar esta puerta, pero no, estoy completamente tranquilo, con una serenidad que jamas había conocido, no tengo ningún tipo de malestar y solo me atormenta una inquietud, pero no por mucho tiempo, voy a entrar, tengo que mirar que hay detrás de esas puertas, un paso más, lento pero a su vez decidido, sin necesidad de mirar atrás, otro paso y ya las habré pasado, y ahora puedo ver lo que hay dentro del Infierno...

domingo, 7 de septiembre de 2008

Escribir



Hoy tengo ganas de escribir, de volver a llenar mis pensamientos de ilusiones, de que como antaño mis manos dancen ante las teclas al son de mis pensamientos, de volver a ser yo, pero no se si debo, si puedo, si realmente quiero.

Miles de ideas se agolpan en mi mente, realmente quiero escribir, me apetece darle las gracias a alguien con unas bonitas frases, porque se que le haría mucha ilusión, tengo un cuento en la mente que lleva mucho tiempo esperando a salir y un montón de sentimientos que aun no he plasmado, pero no me sale todo a la vez, ya no.

No debería, pero me siento extraño después de tanto tiempo, hay algo que no es igual, aunque todo sigue siendo como siempre, al menos eso espero, pero me cuesta expresar las cosas, ha dejado de ser tan fácil como antes, al salir cada palabra siento la inseguridad de hace 10 años, el miedo al reproche y a la incomprensión de la primera vez que le enseñaba a alguien mis escritos y no entiendo el porque.

Un cigarro se consume en mi mano, tengo la mirada fija en una pantalla vacía, pero en mi mente se plasman las letras con suavidad y sentimiento... ¿seré capaz de volver a trasmitir con estas letras mis sentimientos? ¿a alguien le importan? Mirando como el humo envuelve mis manos pienso una respuesta que ya sabia de antemano, en eso sigo siendo el mismo, ¿acaso alguna vez me ha importado lo que piense la gente? se que muchos dirían sin pensarlo, que no, que jamas me ha importado, y si, yo quisiera decir lo mismo, pero en cambio la respuesta es si, en mi interior siempre he anhelado ser comprendido, tener un apoyo para ciertas cosas en mi vida, alguien que te diga...

Voy a dejar a mi mente volar una vez mas, puede que lo que escriba deje de tener sentido, pero así ha sido siempre y así sera.



Una vez grite y nadie me escucho, ahora quiero susurrar y no me queda voz, el mundo es cruel para aquellos que lo habitan, pero no importa si encuentras una causa por la que luchar, yo tengo una que no quise jamas y ahora se ha convertido en mi única razón, aun así quiero más... quiero una verdad en cada palabra, un verbo que me haga vibrar, un recuerdo que arranque las lágrimas de mis ojos con la furia de una tempestad, una ilusión de las que te animan a ganar... quiero y no puedo, no me queda voz para pedir.

Hule a sueños y esperanza, aunque jamas olería a mi, me distraigo pensando en cosas que no debería, divago con las ilusiones de un necio, se que no puede ser y aun así una sonrisa brota de mis labios al pensar en que podría ser, noche o día, blanco o negro son opuestos que jamas pueden estar juntos, quizás se puedan rozar como en un amanecer, pero nada mas... Sonrió desde hace unas horas, gracias a un gilipollas que me han lanzado a la cara, pero me ha sentado como el mejor piropo del mundo... aun me queda un olor, aun me quedan sueños y esperanzas de algo mejor.

Desde el Olvido....